El metaverso se erige como la visión futurista clave de Facebook. La empresa, liderada por Mark Zuckerberg, cambió su nombre a Meta el año pasado, reflejando su fuerte compromiso con el metaverso, un concepto aún envuelto en misterio al que la compañía le ha confiado su porvenir.
Durante el Innovation Day, un evento dedicado a la innovación organizado por Serviceplan Group en Múnich (Alemania), Angelika Gifford, vicepresidenta de Meta para la región EMEA, centró su presentación en el metaverso. Gifford elogió apasionadamente el concepto, generando la peculiar impresión de que este, aunque no exclusivo de Meta, parecía ser más un proyecto humanitario que una iniciativa de una empresa privada en busca de ganancias.
La ejecutiva destacó que el metaverso no tiene como objetivo aumentar la exposición de las personas a dispositivos digitales. Por el contrario, afirmó que las personas deberían utilizar el tiempo en línea de manera más sensata para interactuar con los demás. Gifford enfatizó los numerosos proyectos sociales y educativos que el metaverso haría posibles, proponiendo que los estudiantes de medicina podrían aprender su profesión de manera más práctica, permitiéndoles practicar cirugías, por ejemplo.
La ponencia sugiere que el metaverso podría ser considerado una especie de proyecto filantrópico. Sin embargo, la realidad es que empresas como Meta no suelen ser consideradas ejemplos de altruismo. La historia de la empresa, sin duda, no juega a su favor, ya que es una entidad privada que busca generar ingresos para subsistir.